Naufragos.

NÁUFRAGOS.
Los dos venían de unos amores malos.
De amores que duelen y dejan heridas.
Los dos habían perdido todo en las batallas,
con sueños muertos y naves destruidas.
Ella quedó maltrecha y desahuciada,
con dolores internos y piel marcada.
Ya no creería más en palabras y promesas
(una y otra vez ella juraba).
No quiso que nadie más se lo nombrara,
cerró su corazón con un candado,
como si pusiera una lápida fría

sobre sus sueños muertos y enterrados.

Él se jugó todo por un amor perverso
capaz de sacarlo de su hogar, por una apuesta.
Causó el derrumbe de sólidos cimientos
y solo halló traición como repuesta.
Lo convirtió en un paria, en un despojo,
en un ser sin rumbo ni frontera,
en casi un mendigo sin tener un norte
desperdiciando así su vida entera.
Ya no pudo volver atrás el daño hecho
y en su hogar, al regresar, halló tapera,
comprendiendo que solo fue un capricho

de esa mala mujer tan cruel y artera.

Un día esas dos vidas se cruzaron,
por casualidad … sin nadie prepararlo.
Los restos de dos naufragios se encontraron
en la playa de la vida …. allí, arrumbados …
Tal vez fue Dios que quiso compensarlos
por tantos dolores contenidos
y el destino armó el casual encuentro
en forma de un regalo merecido.
Juntaron lo poco que dejó el naufragio
y con empeño armaron una balsa.
Debían salir a flote con esfuerzo
y con esfuerzo rescataron la esperanza.
Sobre endebles tablas juntos se arriesgaron
y lentamente con el mar más calmo…se animaron.
Así la vida les hizo otra propuesta,
quiere mostrarles que no todo es desengaño.
Y es seguro que tendrán su recompensa
cuando el balance sea positivo
al lograr ser felices con los años
¡con ese navío que vencerá tempestades
dejando atrás tormentas tan bravías
con el solo sacrificio de sus manos
y el corazón, siendo uno solo, en la partida !
OLGA.

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