ESPERO A LA LLUVIA.
Estoy tras el cristal de mi ventana.
Afuera el tiempo inclemente
amenaza con caer
en una catarata sin fin.
Y en ese torrente que vendrá
presiento el temporal
— que ya conozco —
porque los he vivido a todos.
Comienza la lluvia
a caer fuertemente
y al correr contra el vidrio
va formando huellas
que cambian a cada instante.
Puedo estar minutos,
horas,
mirando esos dibujos
que forma el agua al caer.
Trato de adivinar para que lado
correrán las gotas.
Es como un juego.
Como si volviera a ser niña
y apuesto un caramelo de leche
o una gallinita de azúcar.
Sigo jugando y apostando
sola… y les aseguro
…que no me gusta perder.
Pienso en todas las lluvias
que pasaron por mi vida.
¡En cuántos paisajes distintos
la pude admirar.
Cuántas veces me mojé,
la sufrí y aproveché.!
Cuando hice barquitos de papel
con tapas de Billiken
que luego boté
en un charquito
y moviendo el agua con mi mano,
que era muy pequeña…
hasta verlo llegar a la otra orilla,
entonces feliz salté
mojándome los pies
en esa aventura esperada
desde la última lluvia…
que ya no me acordaba
cuando fue.
¿Y cuando fue ?
¿Cuándo fue que la lluvia,
cayendo,
me trajo alegría,
empapó mi alma
y alegró mi vida ?
No … no lo recuerdo.
Hace muchos años ya
que veo a la lluvia
como una visitante
que viene, que arrasa,
que inunda … o que suave cae …
y luego se va,
pero a mi ya no me trae
la alegría inmensa
que sentía entonces
cuando chapoteaba
y entonces reía feliz
aunque luego por mojarme
mamá me retara …
Y yo me olvidaba de todo
con la próxima lluvia …
Hoy no hay niños haciendo
su barquito de papel.
A nadie le interesa hacer eso.
Ya no compran el Billiken
ni esperan ver llover.
Solo yo estoy juntando
imágenes perdidas
de una niña navegante
que viajaba en su barco
llevando flores secas
o mariposas muertas
que juntaba en el campo de alfalfa
en un lejano tiempo
y guardaba celosa en aquella cajita
como si fuera su tesoro mayor.
Cuántas cosas muy íntimas
me ha traído la lluvia
que creía olvidadas
y gota a gota volvieron
igual que el agua límpida
que cae en mi ventana
como lágrimas vivas
que salen de mi alma.
Ojalá que aún pueda
seguir por esta vida
esperando a la lluvia,
oyendo su sonido
al caer sobre el techo
como una melodía
tan suave que me atrapa.
Mis recuerdos son bellos,
los envuelvo y los guardo
en aquella cajita
junto a las mariposas
tratando que la lluvia
no moje mis mejillas,
no sea que alguien crea
que ando llorando por la vida…
no… solo es el recuerdo
que emociona mis días
cuando la lluvia cae
y mi corazón se agita
creyendo que todo vuelve,
que comenzará otra historia
cuando la lluvia regrese
… cualquiera de estos días !…
OLGA.
ME ENCANTA COMO ESCRIBE, CON TANTO SENTIMIENTO Y UNA SENCILLEZ QUE LLEGA AL ALMA. GRACIAS
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