Dandy.

DANDY.
El día se presentaba fresco en esa mañana del mes de Octubre. Demasiado fresco tal vez para ésta altura del año. Recién en la calle y cuando había caminado un par de cuadras Carmen d}se dió cuenta que su abrigo era muy liviano. Sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo.
___Lo único que me faltaría ahora sería enfermarme — pensó cerrándose el saco con la mano a la altura del cuello. Pero no iba a volver por eso. Haría unas compras antes de eso.
Carmen vivía sola desde hacía tres años, fecha en que Esteban muriera. Estuvieron casados casi cuarenta años, pero la mayor parte de ese tiempo fue para Carmen de una gran soledad … de a dos.
Se conocieron cuando ella tenía veinte años y después de un noviazgo más bien corto, se casaron. Por ese entonces ella creía ciegamente en el amor y en el casamiento. Había sido criada y preparada para ello. Y en cada prenda que bordó, en cada objeto que compró lo hizo pura y exclusivamente pensando en su nuevo hogar y en lo feliz que quería ser y quería que Esteban lo fuera. Pero a los pocos meses de casados comenzó a darse cuenta que él no era el hombre que ella creía que era. Fueron pequeñas cosas que se fueron sumando como las cuentas de un rosario que uno va haciendo correr entre los dedos. Un día, al poco tiempo de volver del viaje de bodas, fue su desagrado por lo que él creía demasiada corta una pollera que Carmen se había puesto entusiasmada porque saldrían juntos. Fue tanto se desagrado que ella se la quitó sin decir una palabra. Habían programado ir al cine y por nada del mundo Carmen quería arruinar la primera salida como matrimonio. Pero él se mantuvo durante la proyección muy serio y cuando ella le intentaba tomar la mano él la retiraba como si estuviera disgustado. A la salida y cuando pensaban ir a comer algo, él sale conque:
___¿ Que, querés seguir provocando con tu manera de vestir para que todos te miren?.
___¿ Yo provocando ? ¿A quién provoco ? No entiendo porque de golpe me tratás de esa manera.
___Vos sabrás porque te trato así, te olvidás que ahora estás casada.—–pero ella no sabía porque la trataba así, ni que tenía que ver que se hubieran casado. Pero desde ese día ella fue perdiendo cosas que le agradaban solo para que él no se enojara, sin saber bien porque. Y el fue ganando terreno y anulándola un día y otro. Porque fueron muy pocos los días felices de ahí en adelante. Siempre había algo que lo irritaba: la manera como se había maquillado; el largo del cabello; la pollera muy justa o el pantalón que le marcaba la cola; las amistades, la familia. Porque hasta eso comenzó a cuestionarle, sus amistades:

___No me gusta para nada Susana. Siempre riéndose fuerte como una loca. Y Eduardo a mí no me engaña haciéndose tu amigo de la niñez. ¡qué no me entere que viene cuando yo no estoy !
Carmen iba callando, dejando cosas en el camino que se iban cerrando detrás suyo y que no sabía que le costaría mucho volver abrir. Se engañaba pensando que su felicidad valía la pena, que debía intentar todo para no perderla. Ella se había casado soñando con un matrimonio ideal, con un compañero que fuera su par para siempre. Pero el resultó ser como un lobo bajo una piel de cordero… que de a poco se iba liberando de esa piel, hasta dejar ver sus uñas muy afiladas .
La familia de Carmen veían con pena ese cambio y sobre todo como la alejaba de ellos. Ya no iba a verlos si no era con él, pero no querían intervenir porque la que sufriría las consecuencias sería ella.
La vida de Carmen se limitó tanto, como si viviera en una isla solitaria de donde no podía salir porque la rodeaba un mar muy bravío y el dueño de la única embarcación era Esteban….él decía cunado y como salir. Ella cifró sus esperanzas entonces en un hijo. Era su anhelo ser madre, era con lo que había soñado siempre. Pero Esteban hasta le negó eso, siempre con un pretexto distinto como que ”ahora no es el momento”, “todavía somos jóvenes ¿Qué apuro tenés?”,”para tener un hijo falta …hay que pensarlo bien ”y así fue pasando el tiempo y sus sueños de ser madre también se hicieron añicos. Su vida que había sido prometedora, como ese pimpollo de rosa que esperamos ansiosos que florezca para ver su color y luego de admirarlo … uno ve como se marchita hasta deshojarse y perder el color… así veía Carmen que era su vida, deshojarse sin remedio y para no herirse más trató de adecuarse a ella como pudo.
Al pasar los años cada uno vivía su soledad de a dos de manera diferente. Ella comenzó a ir a la iglesia, a refugiarse en ella y en la oración. Era el único lugar que él no le cuestionaba. Comenzó dando clases de catequesis y eso le trajo mucha paz. Esteban se dio a la bebida. Tal vez su conciencia le remordió de tal modo por la mala vida que le dio a Carmen, una buena mujer y se sumergió en ella creyendo que sería un telón que cubriría todo lo malo … pero lejos de ser una solución , eso fue su derrumbe . Al jubilarse se encontró que la mayor parte del día estaba solo. Carmen tenía compromiso con sus alumnos , organizando las comuniones y colaborando con las madres. Ya era tarde para recuperar el amor de ella, hay cosas que no tienen retorno.
Debido a la bebida y su efecto, contrajo una enfermedad que lentamente lo fue matando. Carmen lo atendió solícita como era de esperar de ella, en silencio, sin una queja y cuando decía algo era para animarlo en su lucha contra su mal.
El día que volvió del cementerio y después de agradecer y despedir a los pocos familiares y amigos que la habían acompañado en ese trance, ya sola dijo:
__¡Qué lástima que todo fuera así ! ésta no era ni la vida, ni el final que quería para los dos, pero acepto la voluntad de Dios !
Ese día en la calle y con el frío calándola, sintió que como el frío, así le penetraba la soledad hasta llegarle al corazón . Caminó unas cuadras comprando algo en la verdulería, en la despensa y en la carnicería. Lentamente mirando de reojo alguna vidriera comenzó el regreso a su casa, De repente lo vio acurrucado, temblando de frío … o de miedo. Era un cachorro pequeño de caniche … mojado y embarrado. Comenzó por acariciarlo mientras preguntaba a la gente del lugar si no sabían quién era el dueño. Todos coincidían en lo mismo:” hace un par de días que anda por aquí y nadie lo reclama o lo busca”. Carmen no lo pensó más, lo tomó en sus brazos y él se acurrucó como un bebé. Llegó a su casa con una energía nueva. Preparó un baño calentito y él le lamía las manos y la cara como agradeciendo el cariño que ella le daba. Luego de secarlo le calentó un plato de leche. Mientras la tomaba (moviendo su colita sin parar) ella salió a comprar una bolsa “del mejor alimento” (así lo pidió). Por primera vez después de tantos años se sintió feliz y acompañada. De repente tenía la ilusión de una vida distinta y con ganas de darle un hogar a ese capullito de rulos que seco y limpio era lo más hermoso que había visto en su vida. Ahora debía buscarle un nombre y sola comenzó a elegirlo : Terry … no, es muy común. Nino … mmmm no, no me parece. Colita….menos !. Fredy … mmm…no sé. Dandy? Al decir ese nombre el cachorro comenzó a lamer su cara.
__Ya está, te gustó ! Entonces desde hoy serás Dandy, mi compañero para siempre, para lo que vendrá, para compartir nuestra vida. Vos me necesitas y yo necesito de tu amor. Mañana compramos la cuchita y el pretal con la correa….porque saldremos a pasear!
Y fue así que la vida de Carmen cambió para siempre !
OLGA.

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